10 de marzo de 2014

Primavera (I)

Que Ian dejó de ducharse con agua caliente cuando dejó la marina.
En lugar de eso agua helada. Siempre agua helada. Había leído hacía tiempo, en alguna parte, que el agua helada servía para mantener activos los músculos y los músculos de un marine tenían que estar activos. Aunque fuese con agua fría.
Un día casi se abrió la cabeza por culpa de esa maldita costumbre. Se echaba contra los azulejos y dejaba el agua fría caer sobre él (con los ojos cerrados que si no uh, si no trampa). Entonces el agua fría clavaba demasiado y ese día él no había comido mucho (llevaba días sin comer porque quería sentir el hambre de la guerra. Porque era un estúpido) así que el agua fría dijo "Se acabó, Ian, ha sido bonito mientras duró" e Ian se tambaleó y la alfombrilla se escurrió. Pero Ian no se murió (eso habría sido muy fácil, muy patético. Muy Ian). Se agarró al grifo de acero oxidado y se quedó unos segundos allí, tratando de no morirse.
"Podría hablarle a Delilah de esto" fue lo único que pensó, "Seguramente se reiría".