30 de septiembre de 2013

Hoy he leído.

Hoy me he enamorado.
O no.
Quizás hoy he odiado un poco más fuerte y he confundido las cosas.
No sé.
He leído sobre muchas cosas, demasiadas, puede que no sea amor, que sea fingir.
Seguramente no me haya enamorado.
No lo he hecho nunca.
No creo que lo haga nunca.

En la clase de hoy he descubierto que un chico escribe poemas.
Que escribe. Bien. Que escribe bien.
Y he decidido que lo odio bastante, con ese regusto a realismo sucio con el que lo impregna todo.
N. dice que eso es amor.
Yo digo que son ganas de pegarle un tiro.
N. suele pensar que todo es amor.
En realidad N. también es todo realismo sucio, en realidad él no es más que un par de paquetes de tabaco y olor a gasolina de la barata.

"Excusas de esas baratas".
Excusas que no son sino verdades tapadas.

Hoy he leído sobre Dennis. A Dennis no lo oigo, lo leo, lo veo pintar, pero no lo oigo. Como mucho oigo a Mijs hablándome de él, pero no a él.
Es extraño volver a la normalidad.
Es extraño no oír su voz, a veces pienso que no existe.
Luego me despierto y me doy cuenta de que de verdad no existe, que es un personaje nada más.
Y Mijs se ríe. Le gusta reírse de todo. Pero no es feliz, ni siquiera esas cosas le hacen gracia.

Mijs está pasando un mal momento.
Como yo.
Como todos.

Hoy he leído mucho. Y creo que he odiado. 

Sonata de porcelana.

Estreno el blog (porque me niego a llamar a las presentaciones como estreno) con la poesía que da título al mismo. No es mi favorita ni de lejos, pero el nombre realmente me gusta, así que ahí va.


Sé que llovían notas sobre el aparador,
partiendo de la chimenea con afán rociador,
el piano había fracasado al bramar con dolor,
y el salón aguardaba cual curioso espectador.
   {Y la porcelana su sueño vigilaba.}

Hojas descansaban en sus hombros marchitos,
los ventanales hacía mucho que murmuraban malditos,
y las doce anunciaba el cuco con sus gorgoritos,
cuando sus ojos se abrieron lamentando ser reescritos.
   {Y la porcelana su voz ansiaba.}

El frío sobre el teclado sus dedos había doblado,
al retorcerlos había un sonido de dolor de él brotado.
«¿Cuánto tiempo hace ya que he sido así castigado?
¿Desde cuándo de la muerte he sido salvado?»
   {Y la porcelana contestar reclamaba.}

Dejó atrás el piano, corrió a la fogata,
se arrodilló junto a ella y descubrió una compañía novata,
reparó en la muñeca que en silencio reclamaba su sonata.
Avanzó hacia ella, la tomó con su manto de plata.
   {Y la porcelana latir deseaba.}

«¿Quién va? ¿Acaso eres de lejanas tierras venida?
Pues recuerdo no haberte visto en la que era mi vida.
Mas, oh, ¿por qué me eres entonces tan parecida?
¿Dónde yace Blanca Flor, la amada mía?»
   {Y la porcelana llorar suplicaba.}

El joven comprendió, de sus manos ella se deslizó,
en miles de trozos albos se fragmentó,
él todos los recogió y llorando del corazón los besó,
a su piano volvió y con su amada se reunió.
   {Y la porcelana con aquel se esfumaba.}

14 de septiembre de 2013

De presentaciones y otras heridas.

No es que deba decir esto, pero yo ya he tenido muchos blogs antes, muchos y muy distintos, además. De modo que tras haber aprendido que la inconstancia forma tan parte de mí como el plasma de mi sangre he decido que usaré este para todo lo que tenga que hacer/decir de aquí a la eternidad (aunque no me comprometo a cumplirlo).

Este será un blog para mis escritos —para las novelas, relatos cortos, poemas y desahogos ocasionales—, posiblemente añadiré fases de euforia creativa y desesperación entre páginas blancas.
Pero también será un blog de reseñas cuando me apetezca hacerlas, tanto de libros —que serán las más—, como de series, películas, videojuegos e incluso grupos de música.
También será un blog para consejos de escritores para escritores, con retos sin destinatario, advertencias que no siempre conviene tomar —aunque intentaré que aporten algo—, trucos contra el bloqueo y códices repletos de hechizos para vencer las garras del pesimismo, aunque a todos nos atormente llegado el momento.

Será, en definitiva, un blog para mí (y para quien quiera (h)ojearme).